CFD

¿Qué es un CFD?

Un contrato por diferencia, o CFD, es un contrato financiero cada vez más popular que se utiliza para especular con los precios de diversos activos. En un CFD se establece un contrato entre el comprador del CFD (cliente) y el vendedor del CFD (corredor). Ese contrato estipula que el comprador paga o recibe la diferencia entre el valor actual del activo subyacente y el valor futuro del activo subyacente cuando se vende el CFD. Esto permite al cliente especular con el precio de un activo sin necesidad de comprar y poseer dicho activo. Dado que los CFD ofrecen varias ventajas, su popularidad ha aumentado espectacularmente en la última década.

¿Cómo se negocian los CFD?

La negociación de CFDs se realiza a través de un broker de CFDs. Por lo tanto, el primer paso que debe dar es abrir una cuenta con un corredor de CFD y luego depositar fondos en esa cuenta. A continuación, debe familiarizarse con el funcionamiento de los CFDs y cómo colocar órdenes en la plataforma de negociación de su corredor, con el fin de comenzar a operar.

Una vez realizados estos pasos básicos, debe decidir con qué activo va a especular. Es mejor si el activo es uno con el que está familiarizado, ya que esto puede ayudarle a predecir los movimientos potenciales del precio del activo. Decida si cree que el precio del activo subirá o bajará y, basándose en ello, compre un CFD largo o un CFD corto.

Una vez que haya abierto su posición, tendrá que supervisarla. Puedes cerrarla si va en tu contra para limitar tus pérdidas, o esperar a que sea suficientemente rentable y puedas cerrarla para recoger tus beneficios.

¿Cuáles son los beneficios?

Los CFD se han puesto tan de moda porque ofrecen una serie de ventajas. Las ventajas de operar con CFD son las siguientes:

• Los CFD permiten el apalancamiento, lo que significa que los operadores pueden utilizar su capital de forma más eficiente (con riesgo).
• Con los CFDs puede acceder a todas las clases de activos desde una sola plataforma.
• No existen reglas para operar en corto con CFDs.
• No hay reglas de day trading cuando se opera con CFDs.
• Los CFD gozan de un tratamiento fiscal favorable en algunas jurisdicciones.

Operaciones a corto y largo plazo

Un CFD permite al operador especular sobre el movimiento del precio de un activo en cualquier dirección. Si cree que el precio del activo va a subir, puede abrir una posición para especular con ello, lo que también se conoce como "operación larga". Por otro lado, puede creer que el precio de un activo va a bajar. También puede abrir una posición para especular con ese escenario, lo que se conoce como "operación corta".

Con una operación larga, sus ganancias potenciales proceden de la subida de los precios de los activos, pero con una operación corta, sus ganancias potenciales proceden de la caída de los precios de los activos.

Riesgos de las operaciones con CFD

Aunque operar con CFDs tiene sus ventajas, también tiene sus riesgos y es importante entenderlos antes de aventurarse en este tipo de especulación. Uno de los principales riesgos está vinculado a uno de los beneficios de los CFDs y es el riesgo de apalancamiento. Aunque el apalancamiento ayuda a mejorar la eficiencia del uso del capital, también puede magnificar tanto las ganancias como las pérdidas. Las ganancias magnificadas son buenas, por supuesto, pero las pérdidas magnificadas pueden hacer que un operador lo pierda todo en una sola operación mal gestionada. Esto también presenta la posibilidad de un ajuste de márgenes por parte de su broker, en el que tendrá que devolver más de lo que tiene disponible en su cuenta. Y durante un periodo especialmente volátil, una brecha en el precio puede crear riesgos de ejecución que causen pérdidas inesperadas.